jueves, 22 de abril de 2010

viernes, 9 de abril de 2010

jueves, 8 de abril de 2010

Monje sin monasterio

Raimon Panikkar ha sido quizá el autor por el que más devoción he sentido y que más me ha influido desde que fue a parar a mis manos su "Cosmotheandric Experience" publicada por Orbis Books y donde me vi reflejado en mi experiencia Antártica y religiosa.
Lo que sigue está tomado de:
http://textosmonasticos.wordpress.com/2010/02/08/monje-sin-monasterio/

Desde muy joven se sintió monje, pero un monje sin monasterio. Está interesado en el monje que hay en cada uno de nosotros. Defiende el arquetipo de monje estudiando la quintaesencia del monaquismo para abrir camino a los “nuevos monjes”.

Entiende por monje aquella persona que aspira a conseguir el supremo objetivo de la vida con todo su ser, mediante la renuncia y desapego de todo aquello que no sea necesario para poderse concentrar en un único y singular objetivo.
Tiene el deseo de ser libre y liberado. Todo aquello que no sea escalera para subir es ignorado y todo aquello que no es camino es marginado. Ser monje es una cosa muy personal.
El monje no llega a ser monje por un proceso de reflexión o por el deseo de Dios sino como resultado de un impulso, de una llamada fruto de una experiencia, que le lleva a hacer un cambio para llegar a tener aquella “cosa” que trascienda toda cosa y que solo puede articular sirviéndose de la praxis de su propia vida.
La búsqueda de la perfección supone la búsqueda de una vida llena de sentido y de gozo.
El monje dentro de un marco institucional sufre del hecho de que sus impulsos vitales hacia la plenitud humana quizás acaban siendo absorbidos por la institución totalizante a menudo sacrificados en bien de la institución. Afirma que es posible la santidad y la búsqueda del absoluto fuera de toda institución monástica.
Todo monje busca la perfección que consiste en encontrar el centro donde está el equilibrio. Si buscase la periferia no podría conseguir aquella indiferencia equidistante de todo. Ser monje para Panikkar es buscar este centro, anhelarlo.
En tanto intentamos unificar nuestras vidas en torno al centro ya tenemos algo de monje. El monaquismo cristiano, que no es el único, está obstinado en la búsqueda del Absoluto pronto a romper todos los obstáculos que se le puedan poner en el camino en su peregrinar hacia Dios.
Raimon Panikkar es una autoridad internacional en espiritualidad, historia de las religiones y diálogo intercultural. Su obra, traducida a varios idiomas aparece en las bibliografías de las más importantes universidades del mundo. Nacido en Barcelona en 1918 (ahora 83 años), hijo de un industrial indio radicado en Cataluña y de madre catalana amante de las artes. El padre fue a Inglaterra a estudiar ingeniería química, y en 1916 fue a trabajar a Barcelona donde se casó y se quedó. Panikkar es un título nobiliario del sur de India, designa la casta malabar más alta, en Kerala. Salvador Pániker (en castellano) es su hermano, otro de los grandes pensadores españoles, filósofo, industrial, editor y escritor.
Doctor en Filosofía (Madrid), en Química (Madrid) y en Teología (Roma). ha enseñado en las principales universidades de América, Europa y la India. En 1966 fue nombrado profesor de la Universidad de Harvard y durante las dos décadas siguientes dividió su tiempo entre la India y Estados Unidos.
Amigo de Habermas, de Hans Küng y de algunos de los más importantes filósofos actuales con los que coincide a menudo en simposios internacionales, es un pensador experto en conciliar posiciones aparentemente inconciliables. Su estudio se basa en la cultura India, en la historia y en la filosofía de las religiones. Se ordenó sacerdote en 1946 y fue uno de los miembros relevantes del Opus Dei, institución que posteriormente abandonó. Hoy se considera, además de católico, hinduista y budista.
Es autor de más de 40 libros en diversos idiomas y de unos mil artículos que abarcan desde Filosofía de la Ciencia a Metafísica, Religiones Comparadas e Indología. Es fundador y presidente de Vivarium, una fundación dedicada a promover el diálogo intercultural. Actualmente reside (desde 1982) en una zona rural de Pre-pirineo catalán, desde donde continua desarrollando su obra.
En castellano ha publicado entre otras: La trinidad y la experiencia religiosa (1989); El Cristo desconocido del hinduismo (1994), Ecosofía (1994), Paz y desarme cultural (1993); El silencio de Buda. Una introducción al ateísmo religioso (1996), La experiencia trantropocósmica. Filosofía y Mística. Invitación a la Sabiduría. La plenitud del hombre. Elogio a la sencillez(1993). La experiencia religiosa de la India (1997).Iconos del misterio.
En catalán ha publicado Benaurada Senzillesa (1988). Es un estudio básico del monje como arquetipo universal basado en el concepto de que la dimensión contemplativa es innata a todo ser humano.

lunes, 5 de abril de 2010

The Life of Father Bede Griffiths


He dado, por casualidad, con este video de la vida del padre Bede Griffiths. Me ha hecho recordar los días que pasé en ese Ashram en el sur de la India, Shantivanam, cuando regresaba de pasar un tiempo en otro Ashram en el Himalaya. Diás llenos de encuentros con otros "Ashram guest" y de meditación: soledad, silencio, simplicidad... Allí me decidí a escribir lo que venía siendo mi experiencia en la India...
En el principio… Experiencia de Dios, Revelación de Amor


A modo de introducción
En la tradición religiosa de la India existen diferentes formas en la cuales Dios se revela o manifiesta. Una de ellas es por supuesto la Escritura sagrada y otra es también el sonido. Desde las partículas fundamentales constituyentes de la materia hasta las más lejanas galaxias, la Realidad Eterna de Dios reverbera en todo el universo. “OM” es el mantra sagrado por excelencia de la India (mahamantra). En él la India cree que está contenido la totalidad del Misterio de Dios. Cuando un indio recita un mantra no lo hace sin un profundo sentido de respeto ante el Misterio: esta persona se sentará en la posición apropiada, cerrará los ojos, se recogerá en sí mismo. Incluso el laico puede recitar el mantra con toda su energía de manera que puede sentir toda la vibración del mantra y experimentar como la pronunciación del mantra crea inmediatamente un universo en el cual entra en comunión con la divinidad. Rishis (el que ve la realidad tal como es) y munis (el que guarda silencio), en definitiva el hombre religioso de la India ha experimentado a lo largo de los siglos el Espíritu de la divinidad presente en el eco del sonido creativo-originario.

La experiencia
El hombre religioso se ha visto sacudido desde lo más profundo de su ser ante el Poder de una Presencia que para él es real y que aunque haya estado ahí desde siempre se manifiesta provocando en él una emoción inigualable que trastoca los fundamentos de su vida. El deseo de Dios prende fuego en el corazón no tanto ante la visión de las montañas sagradas que desnudas se levantan hacia la conquista del límite glaciar entre Cielo y Tierra sino más bien ante el Reino que ellas mismas esconden y al que todo deseo humano aspira. Allí, desde las entrañas de Él-que-es (cf. Ex 3; 14), en la montaña del encuentro una onda de silencio anega la mente y la suspende en el asombro que descubre el Universo entero sostenido en su mismo fundamento: el Silencio como asiento de todo lo que existe. Como Elías de píe en la montaña ante el Señor, abrazado por el Silencio conquistador de una paz anhelada (cf. 1 Re 19, 4.11.12), consumido por el celo, con el Infinito de un “Señor todopoderoso” como horizonte existencial de una vida que parece retroceder a cada paso (“me buscan para matarme”, v. 10.14), el hombre religioso despierta a la epifanía de Cristo, la voz callada en la que todo lo que existe encuentra su ser: “En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios” (Jn 1, 1-2).


El hombre religioso atraviesa la noche hacia lo desconocido pero esta vez acompañado por un aura radiante y atraído por la fuerza magnética de una promesa de plenitud. Los temores acompañan el paso del que cruza el umbral hacia lo desconocido, del que salta en la profundidad insondable de Dios. Agarrado a la mano firme de quien lo sostiene y confiado a él se aventura hacia una Presencia oculta en la oscuridad y que seduce con la fuerza de una mirada para al final encontrarse con la luz en la que el guía-Guru y el destino-Absoluto no son más que una misma Realidad: “"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin", dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que está a punto de llegar, el todopoderoso” (Ap. 1:8). En esa realidad todo se funde por pura gracia pues la voz le dice: “Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, le daré gratuitamente de la fuente del agua de vida. El vencedor heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo” (Ap. 21, 6-7). En un momento la Presencia reverbera, vibra en todo su ser inundándolo de un amor transformante y paz indeleble. Trascendencia e inmanencia se dan la mano en la intuición sublime de aquella hondura (“somos hechura de Dios” Ef 2,10) que como un agujero negro atraía y de cuya fuerza era imposible escaparse: “así podréis comprender, junto con todos los creyentes, cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo; un amor que supera todo conocimiento y que os llena de la plenitud misma de Dios” (cf. Ef 3,18-19).


El círculo completo: Nada y Todo
En ese Silencio es donde el hombre religioso tiene su morada definitiva, donde el hombre es. Parece como si uno regresase a casa después de un largo viaje y se diese cuenta, por primera vez, que es allí donde él tiene su hogar a tan solo un paso de las preocupaciones y ansiedades de este mundo, el lugar donde uno simplemente es.


Lo que era, es y será, el Silencio creador, la Palabra callada que reverbera con cada átomo del ser no es sino el principio de Amor: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida -- pues la vida fue manifestada y la hemos visto, y testificamos y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó--,lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1 Jn 1:1-3).

sábado, 3 de abril de 2010

Un poco de historia

Particle physics


Cern and the Large Hadron Collider.



The LHC is housed in a 27-kilometre tunnel beneath the French-Swiss border near Geneva and is the world's largest and most complex scientific instrument. It smashes protons at almost the speed of light, recreating conditions a fraction of a second after the Big Bang 13.7 billion years ago. (Cern/swissinfo)